Montjuic, Barcelona. 2:20 am. Cinta 1/3. Digamos que la noc..

Montjuic, Barcelona.
2:20 am.
Cinta 1/3.

Digamos que la noche estaba entre fría y cálida. Nos habíamos citado en la base de la montaña, a eso de las 11 o 12 de la noche, ya ni creo recordar. Yo venía envalentonado con unos tragos desde un bar en el centro de la ciudad y preparado con las indicaciones que me había dado: no usar ropa interior, que los pantalones sean fáciles de quitar y no andar con muchas cosas encima.

Es decir, tenía que desnudarme y volverme a vestir en tiempo récord.

Confieso que estaba un tanto nervioso, porque lo que íbamos a hacer era en un espacio bastante abierto. Una cosa es hacer exhibicionismo entre los arbustos y otra, es en mitad de la noche ahí. Pero de la misma forma, la adrenalina, hacía que todo fuera aún más especial. Digo especial porque, no es algo que hiciera todos los días. No es algo que ninguno de nosotros se levanta y dice "pues, voy a este lugar en específico a desnudarme". Es casi una apropiación animal de nuestro espacio, la ciudad.

No era que no lo hubiera hecho antes. Es algo de muchas veces: llegar a un sitio, quitarme la ropa pero pasar inmediatamente al acto sexual. Hoy era un asunto un tanto diferente ya que con @xico921 jamás hablamos de algo sexual, hablamos de confianza extrema. De llegar, observar, sentirnos en el lugar y cuando estuviese todo en orden quedar desnudos.

Empezamos en un lugar pequeño, a un costado de un camino. Medio escuchaba un ruido y la velocidad con la que me detenía le indicaba que tal vez no estaba listo. Pero la ironía de la prueba y el error, donde más sucede que sientes que alguien puede acercarse, más ganas tienes de quitarte la ropa, hizo que cuando menos lo esperaba ya me sintiera dueño del lugar.

Sin embargo, no fue ahí donde todo acabó. No.
Fue apenas el comienzo.
Es la razón por la que hay tres videos de esta noche.

Tomamos nuestras cosas y llegamos a esta escalinata. "Demasiado abierta", dije, cuando empecé a ver por todos lados quién pudiera cruzarse en el camino. Pero claro, ese "demasiado abierta" lo vocalicé no porque fuese un sitio donde me preocuparía sino donde, inconscientemente, iba a apropiarme una vez quedaría desnudo.

Me señaló un rincón donde poner las cosas. Ya con la práctica fresca, fue fácil para mí bajarme el pantalón y desnudarme en cuestión de segundos. A lo lejos, aun se podían intuir que personas podían estar caminando o trotando. ¿Miedo? Algo. Pero en sus mismas palabras, todos estaban aquí para lo mismo. Es decir, ¿qué hombre trotaría a las 2:00 am, en un área de cruising por deporte?

Por deporte, ninguno. O bueno, los únicos que estábamos haciendo deporte éramos los dos.

En eso, pone la cámara a grabar. Yo, lo que empiezo a hacer, es a posar para algunas fotografías que sabía que por la luz, irían a quedar bien. Tampoco era solo el acto de quedar desnudo, sino también de retratarlo.

Tal vez por el mismo lugar o temor, no lo sé, faltaba algo que ayudara para las fotos. Entonces, sin dudarlo, se acerca y de rodillas, sin mediar ni una sola palabra, comienza a chuparme la verga. Ahí, en el silencio total de un lugar tan abierto, tan turístico, que sería irreconocible con mareadas de cámaras durante la luz del día. Un sitio que sale con tantos hashtags, cientos de veces. Excepto esa noche, ahí, que era solamente nuestro.

Una y otra vez, se ponía solamente a chuparme la verga. Inesperado, siendo que jamás, en ninguna de nuestras conversaciones por Instagram, tocamos el tema sexual. Solo esa acción de quitar, tomar fotos y seguir. Confieso que era tanto el placer, que ese gesto que parecía de unos segundos se volvió más y más intenso. Miraba a mi alrededor cerciorándome que nadie llegara y a la vez, que llegara alguien. Que nos viera, se sacara la verga y empezara a masturbarse. A escasos metros se oían pasos, pero la misma intimidad e ingenuidad de la noche hacían que ni sospecharan lo que sucedía escaleras arriba.

Lo hacía, volvía y tomaba una foto. Cuando regresaba, era más profundo y más duradero que antes. Yo estaba en éxtasis y sentía que no podía ponerse mejor.

En eso, toma la cámara y la pone en la escalinata.
"Hagamos algo. ¿Podrías ponerte en cuatro?"

Bueno, ya creo que sospecharán a qué va la segunda parte.