






"¿Qué tan cerca podrías hacer estas fotos?" Le dije a H* mientras me ponía todo el equipo de Brat. Que la máscara, la compré en AliExpress muy barata, como lo que es Brat, un perro sin dueño, callejero, porque no tiene lugar fijo de vivir. Pero la cola, esa es una historia aun más interesante.
Un amigo, de esos que conocí en una fiesta muy aleatoria de Málaga, descubrió que tenía afición por ser puppy. Entonces, entre el morbo de los mensajes de Instagram me dice que le causo mucho morbo y que quiere hacerme un regalo.
Que le pase mi dirección.
Que no me dirá que es.
Una sorpresa quizá.
Una semana después llega a mi puerta una caja con un gran embalaje. Dentro, el primer regalo que recibe Brat: su cola. Esperé hasta que Hayk llegara con su cámara y delante de él, abrí la caja. Entonces, mientras empezaba a abrirme el culito para poder sujetarla, tomó la primera foto.
Minutos después, salió este nuevo puppy.
Mi amigo, cabe decir, se ha hecho una muy buena paja con las fotos que le he enviado.