MasterFapnet
dangamboab
dangamboab

onlyfans

No todas las historias de viaje desembocan en lo más medido...

No todas las historias de viaje desembocan en lo más medido. No todas acaban en una historia sobre el sexo, el orgasmo o el placer. No todas si quiera llegan al punto de provocar masturbarse. Hay historias que simplemente se hacen sobre el desenvolverse en su sexualidad en lugares inesperados. ¿Qué pasa si por ejemplo, tienes a dos nudistas en medio de la profunda Georgia, solos en un lugar? Pues bien. Ese día, después de recorrer las montañas de la región de Mesjetia-Yavajetia en Georgia, mi compañero y yo teníamos la idea de visitar el único spa que existía en el pueblo. Desde la mañana, cuando lo habíamos visto y habíamos percibido que era tal vez la única actividad posible en dicho lugar quedamos que después de la cena íbamos al único hotel que existía en la ciudadela y tomarnos unas horas en el spa. ¿Qué mas daba, no? Eramos virtualmente los únicos turistas de la zona y podríamos jugar un tanto más ya que estábamos en un sitio privado. Sin pensar siquiera en la ropa de baño (para colmo de males, no viajo con ropa de baño), nos fuimos a eso de las 9:00 pm al lugar. Y sí, todo vacío. Era el escenario perfecto: dos chicos, soledad absoluta, muchos cuartos alrededor con diferentes temperaturas, y ganas de morbosear ... muchas ganas de morbosear. Tomamos la cámara y empezamos a jugar, empezando a construir el orgasmo sabiendo que, si seguíamos podríamos corrernos incluso ahí. Sí, una de esas tonterías que se le ocurren a uno en un lugar como esos. Estaba el miedo latente a ser descubiertos: si bien Georgia es un país un tanto abierto, sigue siendo muy restrictivo con manifestaciones homosexuales y más aún que estábamos en un área remota y rural. La idea que el que controlaba el spa entrara de repente hacía que tuviéramos miedo de lo que podría ver y por eso, hacíamos todo debajo del agua. Entonces, faltando diez minutos para que cierren y sabiendo que estábamos a punto de, literalmente corrernos, entran tres tipos al sauna. ¿Cómo es que faltando diez minutos entra gente?, le dije a mi amigo en un tono de sorpresa. Y claro, concluimos al unísono que estábamos en un área rural y que este spa era posiblemente un sitio de entretenimiento entre hombres o al menos, de distensión. Eran pobladores que habían pagado una cantidad al hotel para tenerlo "privado" y querían pasarla bien. Prueba de ello era que habían ingresado con muchas cervezas, que la nevera del spa se llenó de hielo y que algunas áreas se encendieron. Mientras estaban ellos en el sitio, alejados de nosotros, quedamos barajando dos opciones: o nos quedábamos en el lugar separados de ellos, aprovechando el tiempo extra o nos uníamos para ver que pasaba. ¿Quien quita, que estábamos ante la situación en la que terminamos en una orgía de la profunda Georgia? Porque no sería nada extraño que tres caballeros hayan rentado un spa para pasarla bien entre ellos fuera de sus hogares. Pero claro, es que nosotros no deberíamos estar ahí. Apenas fueron las diez, pasamos de ser usuarios a metidos en un lugar que no nos correspondía. Entonces, jugamos al gato y al ratón. Ellos se iban a un área, nosotros ibamos a otra. Tomábamos la toalla, la poníamos en nuestro cuerpo y pasábamos al lado opuesto. Así, por breves y tontos minutos de un juego de dos lugares del mundo encontrándose para saber quien tiene el espejo. Solo que había una diferencia enorme. Ellos estaban usado ropa interior. Nosotros estábamos totalmente desnudos. Ellos querían entrar en el jacussi. Nosotros ya estábamos dentro. Dos de ellos, que se veía por sus cuerpos formados que trabajaban en áreas de esfuerzo físico, nos miraron con cara de querer hacernos entender que sería incómodo. Mi amigo, sin embargo, que quería romper esa barrera cultural de alguna forma, les contó que nosotros éramos nudistas y que si no les incomodaba que estuviéramos así en el jacussi. Yo en ese punto me vi en las noticias, parce. Es que estábamos totalmente vulnerables, dentro del jacussi y tres georgianos parados frente a nosotros mirándonos hacia abajo pensando en qué sabe qué cosas para que este par les invadan el espacio y peor aún, desnudos. - No, no hay problema por mi, - dice uno en un inglés a pedazos. - Pero es que no estamos acostumbrados. Que sí, que había un pequeño puntazo a que tres hombres del campo se quitasen la ropa y quedáramos los cinco desnudos en el spa. Sueña Dan, sueña. - Pero es nuestro amigo el que está incómodo. Atrás, el chico más joven estaba parado casi helado con la idea de entrar a un jacussi donde dos tipos totalmente desnudos estaban, como si el nudismo se contagiara por el agua, o una erección, o la homosexualidad, quien sabe. En eso me acerco a él y le digo que si queremos salir bien de esta y para no llevar la situación a algo más tenso, sería lo mejor ir por su traje de baño y mis boxer y ya. Que al final es una simple acción. Pero claro, me ha tocado a mi salir por las dos prendas que estaban en el vestidor. Y claro, estos tres entre el susto y la curiosidad han mirado de reojo lo que llevaba entre las piernas, como si jamás en su vida hubieran visto uno así. Ya al rato, cuando estábamos vestidos para estar en el lugar, el tercero finalmente le vuelve el color al cuerpo y entra. Para sorpresa, se ablandan en su comportamiento y empiezan a darnos cerveza. Hablamos con ellos un rato, comentamos de dónde veníamos, el porqué de nuestros tatuajes, o en que trabajábamos. Todo hasta que el vigilante se acerca a contarnos que es media noche y que debíamos salir. Nada de orgias, nada de trios, nada de encuentro multicultural sexual. Hombre, es que la vida real no es como en las películas porno y menos con las cosas que me suceden en mis viajes y en la vida sexual. Ya los cinco, medio acomodados en el vestidor, nos desnudamos y nos secamos para poder salir al pueblo. Todos concentrados en lo que estábamos haciendo, excepto uno. Ese, el que tenía miedo de entrar al jacussi estaba mirando de reojo lo que yo tenía entre las piernas. Sueña Dan, sueña.

More Creators