

Bali, Indonesia 5:40 pm. Inicio. El día era de aquellos qu..
Added 2024-05-01 16:00:53 +0000 UTCBali, Indonesia
5:40 pm.
Inicio.
El día era de aquellos que parecían uno más de manual. Había estado la mayor parte del tiempo recorriendo Ubud y los alrededores cuyas montañas plagadas de platanares y follaje verde espeso me recordaba muchísimo aquellos sitios en mi país que me gustaba recorrer años atrás.
En ese viaje había estado particularmente separado de cualquier experiencia sexual, quería aislarme un poco y decidirme a recorrer la isla en plena comodidad. Más allá de una sesión de masajes desnudo en la que la verdad no pasó nada, mi paso por Bali seria apenas táctico y enfocado en edificios abandonados y templos.
Un día, de esos donde la pereza gobernaba decidí tomar el celular y abrir una de esas aplicaciones. Resulta que entre un montón de turistas había un perfil son foto de alguien que decía ser balinés.
Nudo.
Solo por curiosidad, comencé a entablar una conversación con él. Cuanto más hablábamos, más me daba cuenta de que no era simplemente alguien curioso, sino que definitivamente sabía lo que hacía: conocía sus fetiches, estaba familiarizado con sus prácticas, hablaba con fluidez al respecto, y se notaba que había explorado mucho más de lo que uno podría suponer. Era uno de esos personajes intrigantes de los que deseas saber más, pero el anonimato no lo permitía, más allá de un par de fotos sin rostro en las que, al menos, pude intuir que estaba, digamos, bastante bien.
¿Me podía el morbo de saber qué se siente coger con alguien de la isla? Porque claro, suena a fetiche pero en estos destinos turísticos masificados el 99% de las opciones son personas de otras partes del mundo que serian tus vecinos sin problemas. En este caso, muy a pesar de ser alguien de la isla, era el morbo que me despertaba al hablar con él. Era como unir dos partes en un sujeto que rompía mi tonta ley de no tener nada con nadie sin foto, ley que se va a la basura cuando le sumas el peso social de estar en una isla donde tu anonimato es tu defensa, porque no dejas de ser local y el sistema no te acepta fácilmente. Entonces acepté. Hice una limpieza perfecta y tomé una moto.
Llegué a su hotel, con mucho miedo puedo confesar. En eso, un chico balines del que verías en la calle y no pensarías absolutamente nada mal ni morboso se acerca a mi y me señala que he llegado a donde habíamos acordado, y que si, era la persona con la cual había hablado previamente en el chat.
Desenlace.
En un instante, intentaba asociar cómo podría ser la imagen de esa persona despues de horas de conversación y que esa situación, tan común para muchos, me parecía que añadía una capa de expectativa al juego. Recordaba como en el colegio a uno de los chicos mas nerd de la promoción le jodian mucho por su apariencia y terminó siendo el vergón de la promoción.
Justamente me he sentado a su lado, en la pequeña sala que tenia su habitación que daba a un ventanal lleno de palmeras y verde, muy típico de los sitios de la isla. Entre conversaciones, empezamos a comentar que era lo que más nos excitaba del juego sexual, pero también, de los lugares de nuestros viajes, de aquellos donde podíamos ser mucho mas libres, de lo que ayudaba a experimentar cosas nuevas y demás. Esa pequeña conversación se iba traduciendo en excitación para ambos que, en nuestros pantalones cortos ya se podia presumir que no había impedimento para esto. “¿Quieres grabar?”, me dice. “Tengo estas dos mascaras por si lo deseas, así podríamos grabarnos sin problema alguno”. Habrás visto que hay un tutorial más atrás de mi uso de mascaras, algo que disfruto particularmente con un bator específicamente y si, esa máscara de esquiador llegaba a excitarme en formas que no pensaba dos años atrás. Era apenas la gota que colmo el vaso.
El saber de la forma en la cual jugaba, los juegos extremos que hacía y la forma en que los hacía hizo que confiara en él. Y es que, es casi experiencia que así no juegues a cerrar el puño (por así decirlo, ya que la palabra aquí esta prohibida) es cierto que quienes lo practican tienen una habilidad en dilatarte y en ponerte en plena comodidad.
Por eso, cedí, con un único propósito: llenarme por completo. Sé que suena bastante vulgar, pero mis deseos no podían esperar más, y su promesa de una corrida abundante me convenció. Fue entonces, en un instante fugaz, cuando decidió tomarme sin reservas, como si dos personas de mundos opuestos - Colombia e Indonesia, en lados opuestos del planeta - se hubieran encontrado para dejarse llevar por el deseo.
Desde el momento en que su lengua se deslizó dentro de mi, fue pura gloria. Era evidente que sabía lo que hacía; tenía una clara destreza en el manejo de un buen culo. Tanto, que no pude aguantar las ganas y renunciar esconder mi identidad solo para que pudiese ver como estaba haciéndolo de bien.
No me pueden sobrar mas palabras, todo ha quedado grabado como lo acordamos en el sofá. Pero solo puedo añadir que la condición fue llevada a perfecto acuerdo y que durante el resto de la tarde y de la noche, podía sentir como se escurría por mi.
Tal cual como me había prometido en nuestra anónima conversación.
Gracias por ese día @dangreeneff