

Estuviste en mis sueños de nuevo. El ruido del mar entraba por la ventana de nuestra habitación. Estabas tumbado en las sábanas blancas, mirando por la ventana y pensando no sé que. Decidí sacarte de tu meditación besandote pero, puede sentir el cansancio de toda la semana acumulado en tu cuerpo. Me dispuse a complacerte. De pie, frente a la cama me fui quitando lentamente le ropa, primero el sujetador y después el bikini. No viste nada nuevo pero, sé que mi cuerpo aún te excita, comencé a modelar para ti mis curvas, no necesite mucho para que tuvieras una erección. Cómo una gatita me moví sobre la cama hasta tener tu pene a la altura de mi boca. Quería ir despacio, comenzando con besitos y poco a poco chupar pero, tu tenías otros planes. Con pasión me tomaste del pelo para controlar el movimiento de mi boca, podía sentir las venas de tu pene en mi lengua, pronto comencé a sentir tu sabor. Tus movimientos fueron más rápidos, yo me esforzarse por darte placer como te gusta. Terminaste sin previo aviso, yo como niña buena... trague.